Comentarios de Evangelio

19 de octubre de 2025
XXIX Domingo ordinario- C
(Ex 17, 8-13; Sal 120; 2Tm 3, 14-4, 2; Lc 18, 1-8)

Comentarios de Evangelio
"Relais d'Évangile"

Antiguamente en la revista " Le Règne de Jésus par Marie "

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Septiembre (Ciclo C)

7 de Septiembre - XIII Domingo Ordinario

14 de Septiembre - La Cruz gloriosa

21 de Septiembre - XXV Domingo Ordinario

28 de Septiembre - XXVI Domingo Ordinario

Octubre (Ciclo C)

5 de octubre - XXVII Domingo Ordinario

12 de octubre - XXVIII Domingo Ordinario

19 de octubre - XXV Domingo Ordinario

26 de octubre - XXVI Domingo Ordinario

- Oración (La misa de cada día: Josep Otón Catalá)

19 de octubre

Señor Jesús, hoy tu palabra
nos hace una pregunta y ofrece un ejemplo.
Tú nos preguntas sobre nuestra fe
y nos propones como ejemplo a seguir
el de aquella viuda pobre y frágil,
pero con tamaña fe y coraje
que planta cara a los poderosos.
Th no nos pides que ataquemos a nadie
ni que queramos ser más que los demás,
sino que confiemos tanto en el amor del Padre
que jamás nos dejemos vencer
por todo el mal o el desamor
que encontramos en el caminar diario.
No nos quieres armados de poder o riqueza,

 

sino fundamentados en tu palabra
que ilumina, corrige, enseña el camino,
transforma a la persona desde dentro
y dispone a hacer el bien.
Gracias, Señor, por ensenarnos
qué es tener fe y ser tus discípulos.
Ayúdanos a corregir y a mejorar
todo lo que aun es poco evangélico
tanto en cada une de nosotros
como también en nuestra comunidad.
Ayúdanos a estar convencidos
de que, por nuestra fe y testimonio,
debemos ser una Iglesia misionera
en todas partes, y empezando en casa

Ciclo C

CRISTO ES NUESTRA PAZ

En este tiempo tan convulso y tenso, lleno de amenazas y desastres naturales, dividido y necesitado de paz y esperanza, Teresa de Jesús nos convoca para orar, para orar por la paz. Vimos momentos difíciles en el mundo, las noticias de guerras son alarmantes, todos los pueblos se arman y se preparan para lo que pueda suceder, para lo peor. El papa Francisco alza su voz pidiendo “al Señor con insistencia que nuestra tierra pueda ver florecer la fraternidad y supere las heridas, los miedos y divisiones”.
Teresa de Jesús, mujer contemplativa, sensible a los problemas de su tiempo nos invita hoy a orar los dolorosos acontecimientos que golpean nuestra tierra;

Ra poner ante el Señor las heridas de los pueblos que emigran, el sufrimiento de las gentes en los campos de refugiados, las grietas que el planeta tierra, nuestra casa común, sufre por los incendios, sequías e inundaciones.
Por eso hoy, unidos a ella, mujer de esperanza, vamos a «tratar» con Dios, el amigo verdadero, la realidad que nos rodea y abruma. Necesitamos luz, esperanza, paz.

Feliz domingo.
Un abrazo, mi oración y mucha salud. Antón

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Lectura orante del Evangelio: Lc 18, 1-8

No está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho (Santa Teresa de Jesús).

José Antonio Nieto (España)

Orar siempre, sin desfallecer. 
Tenemos ante nosotros la imagen de Jesús orante. Tenemos la imagen de Teresa de Jesús. Recordamos su enseñanza. La constancia, la determinación de no abandonar, es fundamental en la oración, porque lo es en el amor, y no se ama sólo a ratos ni en los rincones. No se trata de orar algunas veces, cuando tenemos ganas, sino de orar sin desanimarnos. La perseverancia indica una confianza que no se rinde ni se apaga en la noche. Dios está siempre con nosotros, nunca deja de amarnos. Somos frágiles, pero abrazados por él. Somos pequeños, pero mirados por su amor. El objetivo fundamental de la oración es la relación con Él:
tratar de amistad estando muchas veces tratando con quien sabemos nos ama. Juntos andemos, Señor (Santa Teresa).   

‘Había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia” … Dijo (el juez): ‘Le voy a hacer justicia’. 
La sed de justicia, “hazme justicia”, es el grito que llega desde los empobrecidos y oprimidos. Una mujer viuda, que no se atemoriza ante los poderosos, verdadera profetisa que desafía y denuncia al juez corrupto, nos acompaña en el camino. Orar en Jesús es poner en acción todos los valores íntimos para responder a la injusticia cada vez más presente en nuestra tierra. La oración hace fuerte la impotencia de los débiles. La oración no es indiferente ante el grito de los más pobres que claman. Una oración compasiva, que cura heridas, sana corazones desgarrados, hace justicia, sí es la de Jesús. Donde hay una injusticia tiene que haber una oración comprometida. El rostro de esta mujer representa a la Iglesia orante en su lucha por la justicia.

Dios no se da de sí del todo hasta que nos danos del todo (Santa Teresa).  

“Dios ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?... ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar”. 
Dios nunca se retira de nuestra historia, oye los gritos de los más pobres, no vive ajeno a este mundo. Al orar tenemos la oportunidad de contagiarnos con la misma pasión por la justicia que tiene Jesús. De los injustamente tratados, de los que han sido desposeídos de su dignidad, de su verdad, de su felicidad, es el Reino de los cielos. Dios confía en nosotros para hacer justicia a los pobres. ¿Confiaremos en él? La oración es el arma más pacífica y eficaz contra la injusticia. Una oración es justa y humana en la medida en que se preocupa por los más pobres.
Dios es amigo de ánimas animosas (Santa Teresa).

‘Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?’ 
Dios está constantemente cambiando la historia: derriba a los potentados de sus tronos y enaltece a los humildes. ¿Creemos nosotros que las cosas pueden cambar? ¿Trabajamos para ello? ¿Tenemos los sueños de Dios? Una oración misionera, como resistencia activa y coraje frente a la injustica, sin dejarnos vencer por el mal, manteniéndonos en el amor, hace crecer el reino de Dios. Desear justicia y trabajar en la denuncia profética descubriendo causas y causantes, y hacerlo siempre con Jesús, es la mejor oración.
Hacer eso poquito que está en mí (Santa Teresa).  

¡Feliz Domingo!.
Un abrazo, mi oración y salud. Antón

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EVANGELIO DÍA A DÍA

Lunes, 20 de octubre 
“Guardaos de toda clase de codicia” (Lc 12,15)
La vida, afirma Jesús, no depende de la abundancia de los bienes materiales; pero muchas veces somos como el rico de la parábola que pone su confianza en los bienes y cosechas. Deja que esta enseñanza de Jesús se haga vida dentro de ti: ‘Para Dios es rico quien se desprende de lo que tiene’.
Mis pobres y torpes manos quieren parecerse a las tuyas. Dame fuerzas, Señor, para que permanezcan extendidas acogiendo entre sus palmas a los más necesitados.

Martes, 21 de octubre 
“Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas” (Lc 12,35)  
Jesús invita a los discípulos a permanecer vigilantes, a la espera de una Presencia. No tienen que adormilarse ni desanimarse sino esperar confiados porque Él viene, viene siempre; siempre está llegando en todo lo que acontece. Dichoso quien confía y espera en la noche  
Llévame dónde Tú quieras, por dónde Tú quieras, y cuándo tú quieras. Estoy en tus Manos. Mantén encendida mi lámpara con el aceite de tu confianza.

Miércoles, 22 de octubre
“Estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre” (Lc 12,40)
Esperar la venida del Señor exige una vigilancia activa; estar atento a las responsabilidades del tiempo presente. Jesús, que no viene a juzgar sino a servir, te invita a mantenerte despierto/a preparado/a en actitud de servicio.
Mi fuerza y mi esperanza eres Tú, Señor, en Ti confío, no temo. Mi gozo y mi descanso está en Ti, Señor. Tu Amor despierta las fibras de mi amor para servir.

Jueves, 23 de octubre
“Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! (Lc 12,50)
Jesús camina hacia Jerusalén en obediencia a la voluntad del Padre afrontando decididamente toda oposición. Tu encuentro con el Señor suscita una respuesta de fe que puede crear división con otros valores del mundo.
Enciende en mi corazón la llama de tu amor, bautízame con tu Espíritu Santo, pera ser testigo de tu amor y de tu paz en el mundo.

Viernes, 24 de octubre
“¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? (Lc 12,56)
Jesús trae la última palabra del Padre a la humanidad; sin embargo los hombres no tienen la habilidad suficiente de descifrar los signos del reino presente en Jesús. Descubre las pequeñas señales del proyecto de Jesús que están brotando en nuestro momento histórico. Da gracias a Dios por ellas.
Tu reino es vida, tu reino es gracia, tu reino es justicia, tu reino es verdad, tu reino es paz, tu reino es amor. ¡Venga a nosotros, tu reino, Señor!

Sábado, 25 de octubre
“Si no os convertís, todos pereceréis” (Lc 13,5)
Jesús aprovecha dos acontecimientos trágicos recientes para hacer una llamada general a la conversión. Ante Dios todos necesitamos convertirnos a sus caminos. Jesús espera pacientemente tu respuesta a construir una humanidad nueva, donde el fruto de la fraternidad universal abunde en nuestros pueblos.
Que el Agua de tu Espíritu Santo riegue mi huerto interior y lo fecunde, para que mis hermanos/as puedan venir a coger los frutos que necesitan.