Comentarios de Evangelio

21 de abril de 2024
IV Domingo de Pascua - B
(Ac 4, 8-12 ; 1 Jn 3, 1-2 ; Jn 10, 11-18)

Comentarios de Evangelio
"Relais d'Évangile"

Antiguamente en la revista " Le Règne de Jésus par Marie "

Gracias a todos los cooperadores Montfortianos

Marzo (Ciclo B)

.
3 de Marzo - III Domingo de carême

10 de Marzo - IV Domingo de carême

17 de Marzo - V Domingo de carême

24 de Marzo - Domingo de Ramos

31 de Marzo - Resurreccion del Señor

Abril (Ciclo B)

7 de Abril - II Domingo de Pascua

14 de Abril- III Domingo de Pascua

21 de Abril- IV Domingo de Pascua

28 de Abril - V Domingo de Pascua

- Oración (La misa de cada día: Josep Otón Catalá)

21 de abril

Señor Jesús, tu palabra de hoy
y la del tiempo pascual
va diciéndonos que tu entregas la vida
por los tuyos y eres como la piedra
que un día fue desechada y ahora corona
todo el edificio del pueblo de Dios;
todo eso, Señor Jesús, nos muestra.
que el amor de Dios es eterno.
Ayúdanos, Jesús resucitado,
a perder el miedo de ser generosos,
de entregarnos al servicio de los hermanos
aunque no veamos los frutos inmediatamente.
Que encontremos en ti
el sentido de nuestra vida y lo realicemos
haciendo el bien a los que nos rodean.
Hemos escuchado también que el Padre
nos reconoce como hijas e hijos suyos

 

y tu nos reconoces como ovejas de tu rebaño,
por eso te pedimos que sepamos
reconocerte a ti como nuestro Pastor y Guía,
y aceptemos a todos como hermanos,
superando la tentación
de pensar sólo en nosotros mismos.
Te pedimos, Señor Jesús, por aquellos
cuya vida está destruida o herida
por los lobos de la violencia o la guerra,
por el olvido de los pobres o el desprecio
por las personas inmigrantes
o de diferente religión.
Concede a todos los creyentes
la actitud compasiva y sanadora
del buen samaritano,
y especialmente tu modo de ser
y de actuar como Buen Pastor.

Ciclo A

Comparte tu fe, tu oración…

“Cuando te encuentres con Dios tu vida debe discurrir por el camino del bien. Todo se vuelve nuevo y novedoso. Los caminos del Señor, son caminos de encuentro, de perdón, de acogida, de libertad, de agua viva” J.F.

La experiencia de sentirse amados, desmedidamente amados, es fundamental en la oración y en la vida. Jesús saluda con la paz, y en ella nos regala la armonía, la bendición, la gloria, la salvación, la vida.

.Permanezco curioso en el tiempo, observando los esfuerzos de los héroes, ¿Es larga la demora? ¿Amarga la calumnia, la pobreza, la muerte? ¿Resiste la semilla sin cuidados durante siglos en el suelo? Mira que cuando Dios así lo quiere, se levanta en la noche, brota, florece, y llena la tierra de utilidad y belleza.

Feliz semana. Feliz Pascua.
Un abrazo, mi oración y mucha salud. Antón

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Lectura orante del Evangelio: Juan 10,11-18

La oración es preciosa si alimenta una entrega cotidiana de amor (Papa Francisco)

José Antonio Nieto (España)

Yo soy el buen Pastor.
¿Hay algo tan consolador como volver, una y otra vez, a las palabras de Jesús? Cuando Jesús dice Yo soy está revelando su amor más entrañable por nosotros. Nacemos de nuevo cuando somos conscientes de que nos habita un amor más grande que nuestro corazón, cuando prestamos atención a su presencia amorosa en nuestras vidas. En la fidelidad y ternura del buen Pastor está la dignidad y belleza de todo ser humano. Caminando, con él a nuestro lado, nadie está perdido. Gracias, Señor, Jesús, por compartir tu vida resucitada con nosotros.   

El buen pastor da la vida por las ovejas.
Jesús acoge en su corazón a los pequeños, busca activamente nuestra felicidad, pone amor donde no lo hay, nos acompaña en las cañadas oscuras. Siempre está dando vida, como un manantial de amor inagotable. Le alegramos cuando vivimos, cuando gozamos viviendo. Todo lo que tiene, y es, lo pone en nuestras manos. Nadie nos da tanto, nadie nos quiere tanto. Orar es aprender de él a vivir el momento presente colmándolo de amor (Papa Francisco). Este es un tiempo para amanecer la Palabra. Todo nuestro bien está en ti, Señor. Juntos andemos.

Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen.
Jesús está cerca, vive en nosotros. Nos conoce, se interesa por nosotros. Comparte su vida poderosa con nuestras frágiles vidas. Cura nuestras heridas. Nos ama a cada uno de manera personal. Cuando oramos, se renueva la relación íntima con él, escuchamos su voz. Poner la vida y la voluntad, al cuidado del buen Pastor, es el mejor negocio que podemos hacer. Tratar perso-

nalmente a cada persona, cuidar y curar las heridas de los que están en las orillas, es la mejor manera de decir que conocemos al Pastor. Cuando cuidamos, amamos. Gracias, Señor, por estar presente en nuestras vidas.

Yo doy mi vida por las ovejas.
El amor de Jesús no tiene límites, porque nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos. Su amor entregado sale al encuentro de nuestro vacío total. Jesús no se guarda nada para sí, todo lo que el Padre le da lo comunica gratuitamente, a todos nos entrega el Espíritu. Quien se fía de él, no queda defraudado. A nosotros, que nos decimos sus amigos, se nos conocerá si entregamos la vida con alegría, como él. Somos rostros de la luz. ¿Te conocerán en nosotros, Señor?

Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente.
Jesús da conscientemente la vida, nadie se la quita. Es libre para comunicarnos el amor total y gratuito del Padre. Jesús nos regala su Espíritu para que perdamos de vista el ego, que tiende a conservar la vida, y aprendamos a aliviar el sufrimiento de los demás, a dar contento a los otros más que a uno mismo, a cultivar miradas inclusivas, a escuchar a los diferentes. Los que se han alejado de la fe tienen derecho a seguir pidiéndonos: Decid si por vosotros ha pasado. Pedimos buenos pastores para el pueblo. Jesús vive y te quiere vivo, andando “como de fiesta y con un júbilo de Dios grande, como un cantar nuevo, siempre nuevo, envuelto en alegría y amor” (San Juan de la Cruz).

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
Un abrazo, mi oración y mucha salud. Antón

http://www.cipecar.org/

EVANGELIO DÍA A DÍA

Lunes, 15 de abril  
«La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que Él ha enviado» (Jn 6,29).  
Jesús comunica la intimidad de Dios, invita a apoyarnos en su visible testimonio. La fe es gracia y tarea, luz para las crisis, canción para el camino y tarea misionera. Siempre que puedas, oye el testimonio de fe de los que viven en tu comunidad cristiana y comparte el tuyo con sencillez. La brasa se hace llama cuando alguien sopla sobre ella.
Creo en ti, Señor Jesús. Espero en ti, Señor Jesús. Te amo.  

Martes, 16 de abril 
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí No tendrá sed jamás» (Jn 6,35).  
Jesús da la vida, sin condiciones, gratuitamente, al ciego y al inválido. El pan que Jesús nos da expresa el amor de Dios creador. No puede quedar encerrado en nuestro propio interés. El pan está llamado a ser siempre pan nuestro, experiencia compartida, amor que se extiende. Porque el pan es el mismo Jesús, don continuo del amor del Padre a la humanidad.
Enséñame, Señor, que el pan y el perdón son caminos de ida y vuelta. Los recibimos de Ti gratuitamente y los damos también gratuitamente.

Miércoles, 17 de abril  
“Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás” (Jn 6,35).  
Jesús se presenta como el sustento espiritual que satisface nuestras necesidades más profundas, que nutre y da vida eterna. Él es la fuente de vida y satisfacción para el alma. Al acercarnos a Él con fe, encontramos vida abundante y eterna. Su amor y gracia son inagotables, y su presencia llena nuestras almas de paz y alegría.
Señor, tu amor ensancha mi capacidad de amar. Juntos vamos sembrando vida por los caminos. Gracias. ¡Aleluya!

Jueves, 18 de abril   
“Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado, Y yo lo resucitaré en el último día… Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí” (Jn 6, 44-45).  
El Padre y el Espíritu nos empujan hacia Jesús, para que gocemos de su amor. Sólo Jesús da sentido a nuestras vidas. Quien oye estas llamadas y las pone en práctica, empieza a caminar de otra manera. Pasa hoy por la vida haciendo el bien, como Jesús.
Juntos andemos, Señor. Por donde tú vayas, tengo que ir; por donde tú pases, tengo que pasar. Dame tu mano y la fuerza de tu Espíritu.

Viernes, 19 de abril  
“Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre” (Jn 6, 57-58).  
Jesús preparó un banquete para todos los pueblos. Pero la comida la puso él. Era su vida entregada, su cuerpo y su sangre, lo que estaba sobre la mesa. En la eucaristía de Jesús había mucho amor, hay mucho amor. Participa hoy en la eucaristía. Contempla la entrega apasionada de Dios.
Comeré tu pan, Señor, para vivir, para soñar que yo también quiero ser pan para otros. Dime cómo dejarme comer poco a poco entregándolo todo.

Sábado, 20 de abril
“Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios” (Jn 6,68-69).   
Ante la perspectiva de la cruz muchos abandonan a Jesús.  Jesús está animado por el Espíritu y tiene capacidad para entregar la vida, para amar. Los que están animados por el Espíritu son capaces de entregar la vida. De su entrega surge un mundo nuevo y más feliz.  
Orar es descubrir que la vida está en Jesús, es optar por seguir cerca de  Jesús, es construir un mundo nuevo