Comentarios de Evangelio

1 de octubre de 2023
XXVI domingo del tiempo ordinario - A
(Ez 18, 25-28 ; Ph 2, 1-11 ; Mt 21, 28-32)

Comentarios de Evangelio
"Relais d'Évangile"

Antiguamente en la revista " Le Règne de Jésus par Marie "

Gracias a todos los cooperadores Montfortianos

Septiembre (Ciclo A)

3 de Septiembre - Transfiguración del Señor

10 de Septiembre - XXIII Tiempo ordinario

17 de Septiembre - XXIV Tiempo ordinario

24 de Septiembre - XXV Tiempo ordinario

Octubre (Ciclo A)

1 de Octubre - XXVI Tiempo ordinario

8 de Octubre - XXVII Tiempo ordinario

22 de Octubre - XXVIII Tiempo ordinario


22 de Octubre - XXIX Tiempo ordinario

29 de Octubre- XXX Tiempo ordinario

- Oración (La misa de cada día: Josep Otón Catalá)

1 de octubre

Señor Jesús: tu sencilla parábola nos delata.
Unos por talante psicológico,
los demás para quedar bien
solemos responder a Dios ya los demás:
«si, ¡vaya! ¡cuenta conmigo!»
Pero a la hora de la verdad
puede más nuestra comodidad
o nuestros miedos.
Acabamos por no hacer
lo que hemos dicho que haríamos.
El caso es que lleguemos a tener fama
de gente cumplidora y dispuesta,
cuando de hecho es una mera apariencia.
y tú nos haces dar cuenta
de nuestra incoherencia en un tiempo

 

en el que la credibilidad de la Iglesia
está bajo mínimos,
precisamente porque decimos y no hacemos.
o peor: hacemos lo contrario
de lo que decimos y predicamos.
Tú, Señor, que al venir al mundo
le dijiste al Padre:
«he aquí que vengo a hacer tu voluntad»
y de hecho la realizaste
venciendo todo tipo de tentaciones,
ayúdanos a ser coherentes,
o al menos a intentarlo, a aprender de quienes,
a pesar de haber dicho «no» de palabra
siguen tu evangelio de amor y misericordia.

Ciclo A

HACERSE EXCUSA

Escuchar el gozo y el dolor, la caricia y la espina…

Es decir, saborear la perla que cada realidad lleva dentro, escuchar la melodía, la sabiduría que encierra.
Es más frecuente acoger y recibir la caricia y el gozo, pero es importante reci­bir, escuchar el dolor, mirarlo de frente y oír su quejumbrosa melodía.
Se trata de crecer y no vivir sólo en los abrazos. Todo dolor es indicación de algo que perdió su equilibrio, por eso, cuando algo nos duele, más adentro, en el alma, en el espíritu, es un buen ejercicio pararnos y observar de dónde viene y cuáles son sus tonos.

El ejemplo es la sabiduría paciente del árbol, que acoge las estaciones que por él pasan, acepta al pajarillo y al viento, dejando que cada uno le comunique su ser, dejándose cambiar, sin perder su identidad. Aunque parece morir, la secreta savia reco­rre su entraña. No se aferra a las hojas en otoño, es amigo del viento que se las arrebata, no retiene el fruto en su madurez. El árbol encierra el misterio de la vida y de la muerte que de otra manera nos define también a nosotros, y constituye el gran misterio para la escucha.

Buena semana, buen fin e inicio de mes.
Un abrazo. Antón

> > > http://www.cipecar.org < < <

Lectura orante del Evangelio: Mateo 21, 28-32

“Procurad no sean palabras de cumplimiento las que decís a tan gran Señor” (Santa Teresa).

José Antonio Nieto (España)

Ve hoy a trabajar en la viña’.

Estamos ante un evangelio escandaloso y consolador. Jesús ve una fe escondida en personas, en las que habitualmente vemos pecado, y se alegra. Ve en ellas un camino de encuentro con el amor del Padre, una oportunidad para dejarse cambiar por la gracia de Dios. Vamos a recorrer este evangelio, vamos a orar con él. Nos fijamos primero en Dios, que toma siempre la iniciativa en el amor. Llama, propone, invita, se interesa por todos. No nos ha creado para la nada, sino para la vida plena. Nos ha regalado la libertad para que verifiquemos por nosotros mismos el sentido nuevo que ofrece a nuestra vida. Escuchamos el proyecto de Dios, acogemos su invitación a amar como él, a trabajar en la viña de la paz y la justicia.

Gracias, Señor, por llamarnos.  

No quiero’. Pero después se arrepintió y fue.

¡Cuánto aprecia Jesús estos cambios que se dan en el corazón! Es el recorrido del no al sí. Una respuesta, aparentemente negativa, puede llevar dentro una semilla de encuentro con Dios. Sólo Dios, que conoce el corazón humano, sabe usar procedimientos adecuados: desasosiega, inquieta, empuja a buscar, hasta que un día todo se ilumina y ahí está él. En la oración acontece el maravilloso camino de la conversión, en la que pasamos del miedo a perder la identidad por aceptar los planes de Dios al gozo de encontrarnos con la propuesta esperanzada que él nos hace.

Espíritu Santo, ponnos en verdad, enséñanos a descubrir la obra del Padre en nosotros.

Voy, señor’. Pero no fue.
Es inútil ofrecer una buena comida a quien no tiene apetito. Cuando la oración se queda en palabras, engañamos con las cosas de Dios. Las palabras sin alma, ¿qué son? Podemos estar hablando todo el día de Dios, sin que cambie nuestro corazón por dentro, sin dejarle entrar en nuestra vida. La hipocresía florece en los que están cerca de la virtud. Sería mejor no prometer nada, aceptar la pobreza de no poder decirle nada a Dios porque nuestro corazón está bloqueado y no percibe todavía la novedad, la belleza, el gozo de encontrarse con el Amor. Te gusta, Señor, un corazón sincero. 

‘En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios’
¡Qué sorprendentes, ¿escandalosas?, las palabras y el actuar de Jesús! Los publicanos y prostitutas llevan la delantera, son los adelantados de la gracia de Dios, los constructores del Reino. ¿Quién ha oído cosa semejante? ¿Quién puede entender el misterio del Reino? En el desprecio de unas vidas, mal vistas por muchos, Jesús ve la acogida de la gracia. Los profesionales de la religión se quedan vacíos mientras que los profesionales del pecado descubren a Dios. Las prostitutas que creen, pueden ser y son pioneras de un mundo nuevo, ministras de una nueva forma de vida, de una salvación en fe y amor. ¡Qué provocación la de Jesús! Los más inesperados enseñan a leer el evangelio. Jesús entiende a los publicanos y a las prostitutas. Al dejarle sitio a Dios, se abrió en ellos, para todos, un camino de bienaventuranza. ¡Bendito y alabado seas, Señor Jesús!

Buen domingo.
Un abrazo, mi oración y mucha salud. Antón

http://www.cipecar.org/

EVANGELIO DÍA A DÍA

Lunes 25 de septiembre 
«Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz.” (Lc 8,16)  
Jesús es tu luz y es la luz del mundo. Pero, ¿qué hacer para que esa luz cruce el abismo y llegue a tu corazón? Y ¿cómo hacer para que te apropies de las verdades profundas? Tu vida es un candil en medio de la casa. Los que vienen necesitan tu luz para no tropezar.  
Ilumíname, Señor, con tu Espíritu. Y déjame sentir el fuego de tu amor en mi corazón.

Martes, 26 de septiembre
«Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra”» (Lc 8, 21)
El Espíritu te abre los oídos para que escuches la buena nueva de la salvación. La palabra de Dios es tu primera fuente de vida, la que alimenta tu relación con Dios. Recuerda a María, la virgen oyente, que acoge con fe la palabra de Dios. Si consideras el Evangelio como lugar de encuentro con Jesús, irás de maravilla en maravilla.
Jesús, enséñame a escucharte. Jesús, recuérdame que Tú siempre estás ahí para escucharme.

Miércoles, 27 de septiembre
«Los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: No llevéis nada para el camino» (Lc 9,3)
No lleves nada, pero en la soledad del camino abre tu presencia a la presencia de Jesús. No lleves nada, para que seas peregrino de novedad. Lo más hermoso te viene dado. No lleves nada, para buscar ligero de equipaje, por montes y riberas, a tu Amado. No lleves nada, y sacúdete el polvo de los pies para que no se te quede dentro lo negativo.
“Ve por el mundo, grita a la gente, que el amor de Dios no acaba, ni el amor de Dios se pierde”. Para eso cuenta contigo, para que no te canses de gritar el amor y la cercanía de un Dios que más que Dios es Padre, misericordia y acogida.

Jueves, 28 de septiembre
«¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?» (Lc 9,9)
Herodes está inquieto. Quiere encasillar a Jesús para domesticarlo, pero no sabe cómo. Sírvete tú de la pregunta del tirano para acercarte a Jesús y contemplar su rostro de cerca. ¿Quién es éste en cuya mirada se percibe un amor tan profundo, que toca mis raíces? ¿Quién es éste que produce miel en mi boca, melodía en mi oído, júbilo en mi corazón?

¿Quién es éste? Es Jesús, mi Señor.

Viernes, 29 de septiembre 
SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL  
“Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre” (Jn 1,51).
Jesús hace a sus discípulos una promesa. Con sus palabras y con el don de su nos ha revelado la gloria-amor del Padre a la humanidad. Acércate a Jesús. Déjate mirar por Él. Aprende a vivir como El, en el ámbito de Dios, que es el de la vida.  

Día y noche van tus ángeles, Señor, conmigo. Día y noche pienso que tú estás en mí. Si anochece en el camino, van tus ángeles, Señor, conmigo. Si en la noche pierdo el rumbo, pienso que tú estás en mí.

Sábado, 30 de septiembre  
«Al Hijo del hombre lo van a entregar» (Lc 9,44)
Jesús se metió en situaciones que él sabía le iban a abocar a la cruz. Le sostenía la relación con el Padre. De la experiencia de su amor sale la verdadera profecía. Amó la vida y supo para qué vivía. Se metió en los problemas del ser humano y del planeta. Mientras, los discípulos discutían para ver quién era el más importante.

Me descalzo ante ti, mi Señor, porque el terreno que piso es santo.