Comentarios de Evangelio

26 de Marzo de 2023
V Domingo de Cuaresma - A
(Ez 37, 12-14; Rm 8, 8-11; Jn 11, 1-45)

Comentarios de Evangelio
"Relais d'Évangile"

Antiguamente en la revista " Le Règne de Jésus par Marie "

Gracias a todos los cooperadores Montfortianos

Febrero (Ciclo A)

5 de Febrero - V Domingo Tiempo ordinario

12 de Febrero - VI Domingo Tiempo ordinario

19 de Febrero - VII Domingo Tiempo ordinario

26 de Febrero - I Domingo de Cuaresma

Marzo (Ciclo A)

5 de Marzo - II Domingo de Cuaresma

12 de Marzo - III Domingo de Cuaresma

19 de Marzo - IV Domingo de Cuaresma

26 de Marzo - V Domingo de Cuaresma

Ciclo A

San José, testigo de vida interior

Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída” (Juan de la Cruz) 
La vida interior de José estaba tejida de silencio contemplativo y creativo, de escucha permanente a Jesús, la Palabra hecha carne en la casa y en el taller de Nazaret.
En su espacio interior, vacío de su “yo”, resonaba la Palabra, como agua cristalina que brota de la fuente en la montaña, para ser cumplida con fiel prontitud y total entrega.
La vida interior de José estaba unida a Jesús y a María, estaba consagrada totalmente a Jesús, el salvador, con el que habitaba y compartía la existencia. ¡Misterio de amor!, que hay que acoger y adorar en silencio.
La palabra de José fue el silencio, por eso es para todos un maestro singular de escucha silenciosa y creativa de Jesús, Buena Noticia de Dios para la humanidad. 
También el trabajo de carpintero en la casa de Nazaret está envuelto por el mismo clima de silencio que acompaña todo lo relacionado con la figura de José. Pero es un silencio que descubre de modo especial el

perfil interior de esta figura. Los Evangelios hablan exclusivamente de lo que José ‘hizo’; sin embargo, permiten descubrir en sus ‘acciones’ -ocultas por el silencio- un clima de profunda contemplación. José estaba en contacto cotidiano con el misterio ‘escondido desde siglos’, que ‘puso su morada’ bajo el techo de su casa” (Redemptoris Custos, 25). 
En la casa de José habita la Palabra, que contiene la vida, y es la luz para la humanidad; este misterio de amor inunda su vida y la hace estallar nuevos gestos de dicha y cercanía.
José, desde Nazaret, nos invita a todos y a todas a: contemplar esta Palabra de Gracia y de Verdad; acogerla y dejarla que llegue a nuestro corazón; dejarla habitar en nuestra vida, en nuestra casa, en nuestro trabajo, porque Dios sigue llamando a nuestra puerta y queriendo vivir entre nosotros.

Necesita: nuestros sentimientos para expresar su ternura entrañable; nuestras palabras y caricias para que a todos llegue su bondad; nuestra solidaridad para que todos se sientan hijos y hermanos

Un abrazo, mi oración y mucha salud. Antón

- Oración (La misa de cada día: Josep Otón Catalá)

25 de Marzo

Padre, hoy que celebramos
la solemnidad de la anunciación de tu Hijo,
queremos agradecerte
el gran regalo de su encamación,
y la delicadeza de contar
con el consentimiento de María,
representante de la humanidad,
para colaborar en hacerla posible.
Te pedimos que nos concedas un corazón
como el de María,
cuando recibió de boca del ángel
la llamada a ser la madre de tu Hijo.
Queremos, como ella,
ser humildes ante la grandeza de tu don,
sentimos realmente gozosos porque tú
estas con nosotros y nos concedes tu favor.
Concédenos tener la misma confianza que ella,
para vencer el miedo
frente a la misión que nos propones,
tan desproporcionada a nuestras fuerzas.
Que con sencillez sepamos también
expresarte las dificultades que tenemos
para comprender tus planes,
pero que, como ella,
confiemos plenamente en tu promesa:
el Espíritu vendrá en nuestra ayuda,
tu poder nos sostendrá.
Que, como María y Jesús,
nuestra vida sea un «Fiat» en tu plan de amor:
«Soy tu sierva, tu siervo,
hágase en mi según tu palabra»

26 de Marzo

Señor, la muerte de las personas que amamos
nos deja muy tocados.
Por mas fe que tengamos, nos cuesta aceptarla.
Incluso, como le ocurre a Marta,
no nos consuela saber
que nuestros seres queridos resucitarán
«en el último día».
Los querríamos vivos ahora,
para poder escucharlos y tocarlos.
Pero sabemos que tú puedes entendernos
y nos acompañas, porque también pasaste
por nuestra experiencia.
Te conmoviste al ver a la viuda de Naín
que llevaba a su único hijo a enterrar.
Igualmente ante la muerte de tu amigo Lázaro.
El evangelio de hoy dice
que te conmoviste profundamente
y te estremeciste, de forma que te echaste a llorar
y la gente decía: «¡Cómo lo quería!».
tú mismo experimentaste la muerte,
y una muerte en cruz.
Te damos gracias no solo porque puedes entender
y acompañar nuestro sufrimiento
sino porque nos das la certeza y la esperanza
de que nuestros seres queridos
-y nosotros mismos-«aunque hayan muerto, vivirán»,
porque tú eres la Resurrección y la Vida.
Confiaste tu vida al Padre
y él te la ha devuelto en plenitud,
haciéndote fuente de vida
para quienes creemos en ti.

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Lectura orante del Evangelio: Juan 11,1-45

Dios nos ha creado para la vida (Papa Francisco)

José Antonio Nieto (España)

Dijo Marta a Jesús: ‘Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano’.
Desde tantas situaciones de dolor y de muerte, nosotros, como Marta, le preguntamos al Señor: ¿Dónde estás? Hasta nos vemos tentados de pensar que la oración, ante tanto dolor, se queda corta. La situación de dolor que estamos viviendo a nivel mundial nos pide que purifiquemos nuestra fe. De hecho, tragedias como las que ahora recoge la prensa, las viven a diario los más vulnerables, los más pobres, aunque su dolor no merezca ni el mínimo espacio en los medios de comunicación. ¿No tendremos que acudir a ellos, a los más pobres, para que nos ayuden a creer, a confiar en Jesús en esta hora? No vemos, no entendemos, nos surgen preguntas, dudas, pero el Espíritu viene en nuestra ayuda y nos alienta a escoger, en esta hora, a Jesús como Señor de nuestras vidas, a enamorarnos de él. Aunque estemos como ese pájaro que se golpea contra el cristal porque no ha encontrado todavía la pequeña salida que le ofrece la ventana. Espíritu Santo, enséñanos a ser pobres y humildes de corazón. Cuando no podemos nada y menguamos, ayúdanos a ver que Dios invade nuestra nada con su infinita ternura. Que nuestra gotita de agua entre en el río caudaloso de tu amor.

Jesús le dijo: ‘Tu hermano resucitará’.
¿Cómo comprender este hermoso misterio en esta hora difícil? Confiamos en Jesús. Él está con nosotros y nos enseña a mirar de frente la muerte, a desafiarla con la vida. Nos abre los ojos para ver resurrección donde solo había nada. Con Jesús, el amor está siempre naciendo. Saber que su amor nos espera es la fuente en la que se recrea nuestra esperanza solidaria. Jesús ama en plenitud y viene a nosotros con una promesa llena de vida: “Resucitará”, le dice a su amiga Marta. En toda situación difícil aparece Jesús. Que el miedo no oculte la belleza de su promesa, del futuro que nos da. Jesús, haznos oír en el silencio del corazón tu palabra de vida: ‘Resucitarás’.

‘Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá’.
Las palabras de Jesús resuenan a repique de campanas y rompen las crisis en pedazos; en ellas se asoma la esperanza. Sus palabras son el mensaje más hermoso que pueden oír nuestros oídos. Jesús camina victorioso a nuestro lado. Su resurrección no es algo del pasado, es fuerza de vida que penetra las grietas de nuestra pena. Jesús convoca a la vida. Nadie, nunca, nos ha prometido tanto. Nuestra noche tiene amanecer. Es él quien resucita en la pobreza radical del corazón. Él es el Señor, el que toma el timón de nuestra endeble existencia. Nuestro orgullo se acalla ante él. Lo miramos resucitado.

Tú eres nuestra resurrección y nuestra vida. Lo diremos mil veces hasta que tu rostro quede dibujado en nuestras entrañas. Resucítanos.

‘¿Crees esto?’ ‘Sí, Señor: yo creo’.
¿Cómo responder al amor de Jesús? Lo haremos con nuestra fe, que nos aleja de la oscuridad y abre claridades. Su resurrección ya está presente en el corazón de nuestra vida. Percibimos sus huellas; nuestra vieja vasija de barro lleva dentro un tesoro. Tenemos confianza en Jesús. Caminamos con la música de la alabanza y la danza del servicio en este momento. ¡Hay tantas personas que nos dan ejemplo de solidaridad, de la buena, en estos días! El Espíritu nos reviste de esperanza, que nos hace mirar más allá, siempre más allá, hasta descansar en el misterio de la ternura de Dios.

Recordadme, recordadme sencillamente que un amor me espera, decía una carmelita en la enfermedad grave. Creemos en ti, Jesús, resurrección y vida para todos.

Feliz encuentro con Jesús
Un abrazo, mi oración y mucha salud. Antón

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EVANGELIO DÍA A DÍA

Lunes, 20 de marzo

SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA
«Cuando José se despertó hizo lo que le había mandado el ángel del Señor» (Mt 1,24)
Cuando José se abandonó confiadamente en Dios, encontró el camino. Sus noches se convirtieron en noches de salvación. No pierdas la luz del corazón que te ha iluminado durante la noche. Sal a la luz del día con la alegría que brota del encuentro con Dios. Él siempre recrea tu vida.
«Tu Palabra, Señor, nos pone en camino de fe confiada, tu Luz alumbra nuestra noche, tu Gracia nos sostiene y cobija.

Martes, 21 de marzo

«Y dijo que era Jesús quien lo había sanado» (Jn 5,15)
Era un inválido y no sabía ni hablar. Con el paso de los años le había invadido una dañina tristeza y un hondo pesimismo. No tenía palabra. Pero pasó Jesús junto a él y lo sanó. Acércate a Jesús. Él te infunde ánimo. Te ayuda a ponerte de pie. Te invita a dejar la camilla. Te libera de los miedos. Acércate.
«Tú, Jesús, estás cerca. Cuidas nuestra fragilidad y nos invitas a cuidar a los más débiles. No quieres que miremos para otra parte. Junto a los pobres acontece el milagro de la vida.»

Miércoles, 22 de marzo

“Mi padre sigue actuando y yo también actúo” (Jn 5,17).
Dios sostiene con su amor la vida. El es la fuente de toda novedad.  Por muy mal que vayan las cosas, alegra saber que el Espíritu sigue dibujando un horizonte de vida para la humanidad. Únete tú también a la actuación de la Trinidad, para que la bondad de Dios llegue a todos los rincones..
Ora. Las cosas bellas empiezan naciendo en el corazón.

Jueves, 23 de marzo
«Las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí» (Jn 5,36)
Las obras de Jesús reflejan lo que El es. Jesús pretende comunicar vida, como el Padre; trabajar para que llegue la nueva humanidad, como el Padre; mostrar cercanía a todos los desvalidos, como el Padre. Mira tus obras. ¿Qué dicen de ti? ¿Qué dicen de Dios? ¿Abren porvenir a los que no lo tienen? ¿Nacen de la intimidad con el amor gratuito del Padre?
«Señor, dame unos ojos capaces de ver la realidad como novedad. Enséñame la cultura del diálogo, en vez de la cultura del aislamiento.»

Viernes, 24 de marzo
«Yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz» (Jn 7,28)
Jesús se sabe enviado. Eso le da fortaleza para no sucumbir en las horas difíciles. Se fía del Padre. Sabe que su palabra no engaña. La experiencia que tú hagas de Dios es fundamental para mantenerte fiel en las horas oscuras de la vida. Saber que el Padre está contigo te ayuda a no abandonar la fe.
«Jesús, tú nunca nos abandonas. Nos alientas para que no desfallezcamos ante los fracasos. Nos alegra repetir cada día: «Sé de quién me he fiado».»

Sábado, 25 de marzo
LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR
“Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo” (Lc 1,31)
El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia. María, Madre de todos, siempre caminó movida por el Espíritu Santo. Escuchó las promesas. Se atrevió a decir Sí. En Ella se encarnó Jesús.  El Espíritu te lleva a mirar a María. En Ella y con Ella, te hace las más hermosas propuestas para tu vida. Canta con Ella las maravillas de Jesús. En medio de la oscuridad comienza algo nuevo.
Espíritu Santo, transfórmanos el corazón, envíanos a un fuerte compromiso social y misionero. Gracias por hacer de nuestro corazón una casa abierta para muchos.