Comentarios de Evangelio

19 de diciembre de 2025
II domingo Ordinario - C
(Is 62, 1-5 ; Ps 95 (96) ; 1 Co 12, 4-11 ; Jn 2, 1-11)

Comentarios de Evangelio
"Relais d'Évangile"

Antiguamente en la revista " Le Règne de Jésus par Marie "

Gracias a todos los cooperadores Montfortianos

Diciembre (Ciclo C)

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1 de Diciembre - I Domingo de Adviento

8 de Diciembre - II Domingo de Adviento

15 de Diciembre- III Domingo de Adviento

22 de Diciembre- IV Domingo de Adviento

29 de Diciembre- La Santisima Familia

Enero 2025 (Ciclo C)

5 de Enero - II Domingo de Adviento

12 de Enero - II Domingo de Adviento

19 de Enero- III Domingo de Adviento

26 de Enero - IV Domingo de Adviento

- Oración (La misa de cada día: Josep Otón Catalá)

19 de enero

Te pedimos perdón, Padre,
porque nos resistimos a creer
en todo lo que nos dices a través de los profetas
y sobre todo a través de tu Hijo Jesús.
No acabamos de creernos que tu felicidad
consiste en amarnos sin medida.
Nos cuesta vivir sabiéndonos amados
de modo incondicional, y lo pagamos
con nuestras tristezas y decepciones.
Queremos pedirte, Padre,
que nuestra Iglesia tenga las actitudes
de María, la primera servidora,
y de los demás sirvientes que había en Cana.

 

Que tengamos el corazón abierto
y la capacidad de sentir como nuestros
cada uno de los problemas y carencias
de nuestro mundo.
Y, sobre todo, te pedimos la capacidad
de recibir y de llevar a la práctica
la Palabra de Jesús
y de comprender que no debemos ser
servidores de nosotros mismos,
sino de nuestros hermanos y hermanas,
especialmente de los que el egoísmo humano
excluye del banquete de la vida.

Ciclo A

 

M

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Un abrazo, mi oración y mucha salud. Antón

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Lectura orante del Evangelio: Jn 2, 1-11  

El vino nuevo no faltará jamás (Papa Francisco).

José Antonio Nieto (España)

La madre de Jesús le dice: No tienen vino.
La madre de Jesús está con los ojos abiertos, atenta a las necesidades y a las sorpresas de Dios; es una discípula. Descubre que, en una boda, la fiesta humana por excelencia, ya no queda vino, se ha terminado la alegría, y acude a Jesús. Con su palabra da pie a que se inauguren los tiempos nuevos. Como una boda sin vino, así está la humanidad; llamada a una fiesta de verdad y de justicia, a un pan compartido en el gozo de la fraternidad, cuando se queda vacía, sin sentido, sin solidaridad, sin Jesús, ¿qué es? ¿Qué hacer ante esto? Lo que hizo María: mirar, mirar y amar; mirar a Jesús. Saber mirar es saber amar. María orienta nuestra mirada hacia Jesús, que es la fuerza salvadora que necesita nuestra vida.
Estamos bajo tu mirada misericordiosa, Señor Jesús.

Jesús le dice: Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora.
¿Merece la pena poner los ojos en lo que ya no tiene vida? ¿Qué hacer cuando un estilo de vida, aun llamándose cristiano, no transmite alegría, ni respira novedad, ni lleva dentro fuego de profecía? Con María en medio, nada está perdido. Con su intercesión adelanta la hora de Jesús. Sabe que Jesús no nos abandonará en la debilidad. Conoce el corazón de su hijo y está segura de que engalanará a la humanidad como a una novia, recreándola con su gloria. 
En ti, Jesús, todo habla de misericordia. Nada está falto de compasión.

Su madre dice a los sirvientes: Haced lo que él os diga.
María empuja a la humanidad a hacer una opción de fe en Jesús; habla con autoridad. Sabe por experiencia

quién es Jesús y cuál la plenitud de vida que trae. María, la que se hizo madre al acoger la Palabra en su corazón, la que dijo hágase en mí según tu palabra, invita a hacer lo que nos diga Jesús. María representa a todos los que, buscando la verdad, dan el paso y se atreven a creer. María nos introduce en la alegría de Jesús; así nos evangeliza.
María, guíanos a Jesús, afianza nuestra fe en él.

El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía.
De forma silenciosa, escondida, el agua se convierte en vino. Muchos no saben qué ha pasado. Algunos sí lo saben. La vida rezuma por los poros que ha abierto el vacío. La alegría echa fuera todos los lamentos. ¡Jesús es el autor de un signo tan prodigioso! En él está la vida. Con él todo cambia. Ya no podemos vivir como antes. Jesús es una fiesta que da plenitud a nuestro deseo de felicidad total. La tierra estéril queda enriquecida de frutos.
Jesús: nuestra alegría, nuestro centro, nuestro todo.

Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.
Se respira alegría en torno a Jesús. Crece la fe porque crece la alegría. La gloria de Jesús es que el hombre viva y tenga vida en abundancia para compartir. La fe aprecia la novedad y descubre los tiempos nuevos. Cuando crece la fe de los discípulos, ahí, siempre, está María.
Amén. Señor Jesús.

Año jubilar. Peregrinos de esperanza
¡Feliz Navidad!
Un abrazo y oración. Antón

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EVANGELIO DÍA A DÍA

Lunes, 20 de enero  
“Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto -lo nuevo de lo viejo- y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevo” (Mc 2, 18- 22)
La nueva comunidad que surge en torno a Jesús vive en libertad y confianza. Sus relaciones son de amistad y familiaridad, aun en medio de las dificultades y caídas. Del encuentro con Jesús brota el gozo por la vida y la belleza de los pequeños detalles.
Estreno el día junto a ti, Jesús, con la paz y la solidaridad en las manos y en el corazón, una bendición.

Martes, 21 de enero
«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado” (Mc 2, 23-28).
Los discípulos de Jesús están estrenando la libertad. La libertad es don y tarea diaria. Si te sientas junto a Jesús, él te enseña a vivir, te quita los miedos del corazón para que salgan de ti palabras limpias y gestos de bondad. Jesús pinta en tu rostro la esperanza.
Señor, muchas veces me quedo en las normas, en lo que debo o no debo de hacer. Enséñame a ser libre hasta de mí mismo y hacer únicamente tu voluntad. Tú eres mi camino, mi verdad y mi vida. 

Miércoles, 22 de enero
“Jesús entró otra vez en la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Lo estaban observando, para ver si lo curaba en sábado y acusarlo. Entonces le dice al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio»…«Extiende la mano». La extendió y su mano quedó restablecida. En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para acabar con él” (Mc 3,1-6).
Jesús atraviesa toda situación hostil para sanar a las gentes. Las palabras y gestos de Jesús perturban el orden que relega al ser humano. Pone en medio al que estaba marginado, ensalzó al que estaba segregado. Si caminas con Jesús descubrirás el camino de la libertad.
Señor, gracias por el regalo de la libertad hasta para equivocarnos. Libérame de toda atadura que me tiene esclavo. Haz de mí un instrumento capaz de liberar a mis hermanos.

Jueves, 23 de enero
“Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea… Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer” (Mc 3, 7-12).
El seguimiento de Jesús te compromete a defender la vida, a potenciar la vida, a dignificar la vida, a hacer feliz y gozosa la vida de los seres humanos. Empieza a realizar esto con los más cercanos y hazlo con palabras claras y gestos concretos, como Jesús.

Danos entrañas de misericordia frente a toda miseria humana, inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado.

Viernes, 24 de enero
 “Jesús, mientras subía a la montaña, fue llamando a los que él quiso, y se fueron con él. A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios” (Mc 3,13-19).
Nos sorprende la elección que hace Jesús. Los primeros discípulos no fueron grandes personajes, todos tenían sus debilidades y desaciertos, sin embargo Jesús los llama para formar su primera comunidad. Jesús es el que nos llama  para estar con Él y participar de su misión. Su amor nos va identificando con Él y disponiendo para ser discípulos misioneros.

Señor, dame vocación de discípulo y ser servidor de todos. Hazme un instrumento de tu amor, una diminuta gota de tu ternura.

Sábado 25 de enero
LA CONVERSIÓN DEL APÓSTOL SAN PABLO
“Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc16, 15-18).
El amor de Dios no nos encierra en nosotros mismos sino que nos ensancha por dentro y nos pone en camino misionero. En el nombre del Señor toda la humanidad se llena de vida nueva.

Señor, que mi vida proclame tu Evangelio con audacia. El lenguaje que mis hermanos entienden mejor es solo el callado amor y las obras de servicio a los más pobres. Enséñame a amar como tú.