Ecuador

UN DÍA CON EL EQUIPO ITINERANTE DE LA VISITACIÓN (EIV)

Maritza Flores Milla – Misionera Itinerante

Querido/a amigo/a que con tu oración nos acompañas y animas, comparte con nosotr@s la experiencia de la misión en una comunidad de la provincia amazónica de Sucumbios - Ecuador

Día 1: Temprano en la mañana, luego de rezar laudes y tomar desayuno, es hora de preparar la mochila con lo necesario: Biblia, linterna, repelente, toalla, impermeable, tijera, útiles de aseo, interiores, dos camisetas... pero recuerda la mochila debe ser ligera. Ya estamos listos, ahora iremos a tomar el bus que nos llevará a nuestro destino, esta vez iremos a la comunidad 5 de diciembre. Para llegar a ella viajamos una hora y media en bus hasta la comunidad Chone 1. Allí nos espera don Luis el animador cristiano y juntos emprendemos una caminata de una hora si no ha llovido, porque cuando llueve el camino se hace difícil ya que la arcilla se pega en las botas de jebe haciendo el paso más lento y pesado... Hemos llegado a la capilla, donde en la tarde nos reuniremos con un primer grupo de familias. Nos detenemos en la primera casa donde nos invitan el almuerzo y donde pasaremos la primera noche, seguimos camino y visitando las familias para invitar a la reunión. Las horas avanzan y faltan solo quince minutos para las dos de la tarde, hay que apurar el paso para ser puntuales. Van llegando personas adultas y también los niños/as, la presencia de varones es escasa por no decir nula.

Para esta visita hemos preparado un tema: Los pilares de nuestra vida de fe. En nuestras visitas a diferentes comunidades hemos detectado la debilidad que como católicos tenemos, creo no equivocarme cuando pienso que esto es generalizado a lo largo y ancho del planeta: la formación y sobre todo la bíblica. Por otro lado, buscamos dar oportunidad a aquellos hermanos y hermanas que por motivos económicos (trabajo, pasajes, estadía) muchas veces no pueden acceder al estudio.

Día 2: luego de pasar la noche en este sector, nos vamos con Luis que esta vez viene con don Daniel el catequista, nos dirigimos a otro sector que se encuentra mucho más lejos. Los caminos por el monte no son fáciles de reconocer, no hay señales y que bueno sería si las hubiera, solamente los ojos de los conocedores nos pueden guiar, Luis y Daniel son nuestros mejores guías y además nos ayudan con las mochilas. La exuberancia de la vegetación a lo largo del camino podrían confundirnos y hasta perdernos. Anoche

ha llovido y el camino está muy resbaloso. Grandes troncos acostados en medio de la trocha como gigantes descansando, nos obligan a saltar o trepar sobre ellos. Unos tramos van en subida y felizmente también hay bajadas. Durante el recorrido nos detenemos a descansar en una futura capilla, y visitamos a las familias que por vivir en fincas están muy distantes, aproximadamente 10 kilómetros, unas de otras. Esta tarde la reunión será en casa de Luis, su esposa María nos recibe con su linda sonrisa, también salen a recibirnos sus hijos, dos varones y una niña… ah! Y un nuevo ser en camino porque María está embarazada. Unas horas más tarde comienzan a llegar las familias, sólo son cuatro, de repente la casa se ve invadida por las risas y el bullicio de dos niñas pequeñas y un niño, los más jóvenes entran en el juego y todos se contagian de la algarabía.

Alrededor de las 4 pm, vamos a empezar. Damos inicio con una oración, luego unos cantos para relajarnos y sentirnos en confianza. Han pasado dos horas entre uno y otro tema, las preguntas y aportes de los/as presentes no se hacen esperar, estamos en sintonía y con muchas ganas de dar y recibir. Todos/as nos sentimos en un ambiente de fraternidad, Dios Padre con su gran amor nos hermana.

Luego viene la cena, todos/as nos congregamos alrededor de la mesa y compartimos, un poco de conversa y cuando nos damos cuenta ya es hora de acostarnos, esta noche seremos más porque dos de las familias se han quedado en casa de Luis y María. Paco se va al cuarto que le han preparado y yo esta noche dormiré en la cama que Luis y María me han cedido. Desde la tranquilidad de mi cama escucho como Luis va comentando a sus amigos/as y vecinos/as el Evangelio del último domingo, aunque no estoy junto a ellos/as, el silencio respetuoso me revela la atenta escucha de estas buenas personas queriendo conocer y aprender, de repente la voz de Luis es interrumpida por una pregunta o un aporte, recibido con cariño. La calidez de mi lecho hace que el sueño me abrace y poco a poco las voces se hacen más distantes.

Día 3: ¡buenos días día!, son las 5:00 am, hemos madrugado porque la misa en la capilla se ha programado a las 9:00 am y desde acá nos espera una caminata de 2 horas. María y la otra señora son las primeras en levantarse para preparar el desayuno. Como toda la tarde de ayer ha llovido, es camino está resbaloso. Por fin llegamos a la capilla, el calor hizo más fatigoso el camino. Allí nos esperan los niños y algunas personas, no tantas como hubiéramos deseado pero tantas como Dios ha permitido. De una u otra forma estamos cansadamente contentos porque las voces alegres de los niños y niñas, así como el esfuerzo de las pocas familias presentes, madres solteras, nos hablan de un Dios que sigue revelándose a los sencillos y humildes y que en medio de sus problemas (económicos y sociales), Dios, el Dios de la Vida ocupa un lugar preferencial.

Paco termina la Eucaristía, la bendición final, y la despedida, nos entrelazamos en abrazos y apretones de mano con el compromiso de regresar.

Son cerca de las 11:00 am, la hora no es la mejor para caminar, a medida que vamos avanzando, el sol con todo su esplendor y fuerza nos acompaña por la vía, montículos de vegetales adornan el camino, lástima que no sean lo suficientemente grandes para regalarnos sombra. Algunas nubes se compadecen de nosotros y como escuchando nuestro silencioso pedido cubren al sol, y aunque brevemente disfrutamos de caminar sin tener encima la furia del sol.

Por fin llegamos a la “curva” por donde pasa el bus, allí hay una tienda, donde compramos agua, sí leíste bien, compramos agua embotellada, parece increíble que en una zona donde el recurso agua todavía es tan abundante, ésta no se pueda consumir de los arroyos por estar contaminada por derrames de petróleo. ¿Y cómo hace la gente para vivir así? Esa es una pregunta que esperamos contestarte más adelante.

Con el cariño de siempre,