In memoriam .........................................................................................................................Testimonio

¡Un enfermo de acero! (II)
(IN MEMORIAM)

Carlos Ramón

Gracias, Señor

Miguel Ángel

Queridos lectores:

Si leyeron en el número anterior el artículo que llevaba este mismo título (pág. 15), tengo que darles una triste noticia: Micky, mi amigo, partió a reunirse con el Señor el pasado 31 de Diciembre.
Estaba preparado… pero, eso sí, se fue repartiendo alegría hasta el último momento.
Tuvo la suerte de que su tercer hijo, Guillermo, y su novia, adelantasen su boda dos meses, al 22 de Diciembre, lo cual le permitió vivirla; y como él hacía las cosas,... la vivió intensamente hasta el final, sin que ninguno de los asistentes nos podamos explicar cómo pudo aguantar.
Me contaron que en Nochebuena estuvo dando palmas hasta las tres de la mañana, mientras la familia cantaba villancicos. Y antes de hospitalizarse por última vez, no sé como, dejó los regalos de reyes entregados, el vino para las fiestas comprado, y un regalo sorpresa que apareció misteriosamente el día de Reyes para Mari Pili, su mujer. También había instruido a la familia de echar tres lagrimitas y a celebrar cuando faltara.
Estando ya hospitalizado, le dijo al médico que el día 31 se iría, que no pensaba pasar la Nochevieja en el hospital, ¡y vaya que si se fue!... pero no había dicho a donde...
Siempre tuvo esa chispa de humor, que en este caso no sabemos si fue intencionada.
Esa noche, tras terminar las visitas en el tanatorio, Mari Pili se llevó a la familia a celebrar el fin de año, todos juntos en casa, cumpliendo con su mensaje de celebrar, para luego volver al tanatorio para acompañarlo.
Se llamaba Miguel Angel Acero Bañón, y además de desarrollar una carrera militar plena, con mandos de grupo y regimiento, paracaidista, misiones en Bosnia y Líbano, también se entregaba en otras facetas más modestas, pero no menos importantes: como catequista en su parroquia, llevándole las cuentas a una residencia de ancianos y estudiando Teología. Estas dos últimas cuando ya estaba retirado por enfermedad.
Y no contento con eso, también se animó a escribir con nosotros, para "La Buena Noticia", cuando ya sus condiciones físicas estaban muy mermadas y le costaba mucho hacerlo; pero su mente le impulsaba de qué manera.
Contar con su pluma ha sido un privilegio, queridos lectores, dejándonos sus interesantes e históricos artículos en los números 21, sobre Lutero, (en el 22 no puedo participar por estar en medio de un achuchón de la enfermedad), en el 23, escribiendo sobre el Padrino de Bautismo, en el 24, sobre Napoleón y el Papa, en el 25, sobre San Gregorio Magno, y en el 26, ¡Eso sí fue una gota fría!. Todos firmados por Miguel Angel.
Colaborar con nuestro modesto periódico, "La Buena Noticia", le daba una gran satisfacción en medio de su enfermedad. Con qué alegría recibía los periódicos cuando salían publicados...
[Pueden leerlos de nuevo en:
www.parroquiarosariotorrejon.es, pinchando en el rectángulo "La Buena Noticia"].

A mediados de Diciembre, Miguel Angel nos recibió al padre Ángel, nuestro párroco, y a mí en su casa de Alcalá.
El padre Ángel, tras conocerle, le sugirió que expresara cómo veía la presencia de Dios en mitad de su enfermedad, en su día a día. Y lo expresó en el siguiente artículo pocos días antes de dejarnos: 'Gracias, Señor'
Sería su último artículo, que transcribimos a continuación.
Para escribirlo necesitó una enorme lupa y usar su único ojo, ya muy deterioriado, pero… como siempre, ¡adelante!
Hasta siempre, querido compañero y amigo, has sido un gran ejemplo de vida, el enfermo más vivo que pueda uno imaginarse.

Querido Señor. ¡Oh, Señora mía!
Otra vez os saludo en este nuevo día que me habéis regalado.
Hoy aparece lleno de objetivos y buenos propósitos. Miro al día y me pregunto cómo puedo sacarle todo el partido que me propone. Son tantos los temas y cuestiones que no sé por dónde empezar. Sí, ya sé, el mejor camino es preguntarte a Tí por dónde quieres que empiece. Al fin y al cabo, Tú eres el que decide quién, cómo y para qué de cada cosa y de cada uno. Así que Tú eres la solución a mi pregunta. ¿Qué hago hoy?
Hay tanta gente necesitada de ayuda, que necesitaría más de un día para llegar a todos. Bien, para eso está mañana. Mañana seguiremos porque hoy no nos da
tiempo.
Claro que, como soy un egoísta, te intento poner mis prioridades y ahí -no lo puedo evitarpongo primero a mi mujercita. Ayúdala porque lleva una carga muy pesada. El trabajo, (aunque le guste tanto), la casa, los chicos, unos ya casados, y mi enfermedad. Es demasiado para una persona normal. Pero ella no es normal, es excepcional. Es increíble cómo puede llegar a todo y es capaz de ser guía, sostén y refugio de todos nosotros. Si estás de acuerdo, a ella le dedicaré mis primeras oraciones y pensamientos.
Luego vienen mis hijos. Lo primero es darte gracias porque me siento muy orgulloso de ellos. Son buenos y tienen muy buenos sentimientos. Cada uno con su historia y su vida. Pero qué bonito es
verles crecer como personas. Unos como padres que van descubriendo lo bonito de serlo e ir grabando en almas infantiles una nueva historia... Los otros porque van construyendo sus personalidades y su proyecto de futuro.
Y tengo que seguir con mis inquietudes repletas de aventuras, ideas, problemas y heridas, que necesitan de tu medicina, la medicina del amor. Ayúdame a que me llegue para todos.
Y así seguiría con una lista que se me presenta infinita, inacabable. Ni mis oraciones ni mis fuerzas llegan a ellos, pero yo se que Tú sí que puedes. Y hoy soy yo el que se atreve a ponerte a Ti la tarea del día.
Sé que para completar esa tarea no solo hacen falta oraciones, sino también el esfuerzo y el sacrificio. En esa parte pongo mis dolores. Tómalos en tu mano y aplícalos donde más falta haga. A mí no me gusta tenerlos porque soy muy cobarde y digo, Señor, aparta de mí este Cáliz. Pero si aun así decides que se queden, te los ofrezco, sin más remedio.
No me importa cómo acabará este lío del tumor; lo que sí sé, es que debo vivir el día a día, porque entre otras cosas nadie sabe si habrá un mañana. Eso espero conseguir con tu ayuda. Que hoy sea un día de felicidad, lleno de alegría y paz. Donde mi recompensa estará en la cara de felicidad de quienes me rodean. Ese será el reflejo de que Tú estas contento, feliz, y de que el día ha merecido la pena de ser vivido.
¡Gracias, Señor! ¡Gracias, Señora! ¡Oh, Virgen María!

Testimonio de amistad

Dios, al crear al ser humano, invita a la amistad y comunión con Él.
La amistad es una de las experiencias humanas más ricas y hermosas que cada persona puede vivir y es a la vez una de las expresiones más auténticas del cristianismo.
En este camino hacia Dios, queremos profundizar en esa preciosa realidad que es la amistad, ahondar de manera especial en la amistad con Jesús y en Jesús.

La amistad en Cristo siempre es una relación personal. No es una relación con una masa anónima en la que nadie es amigo de nadie. Jesús, si bien estaba rodeado de mucha gente, buscaba tener una relación con cada persona: a cada una la llama por su nombre; compartía comida con ellos; disfrutaba conversando con ellos y hablándoles en parábolas.
Hoy sucede todo lo contrario. Muchas veces en las redes sociales se plantean relaciones impersonales, una vida llena de amigos virtuales donde sin embargo las personas se sienten aisladas del mundo. Jesús invita a salir de ese aislamiento.

Elia