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¡LA HUELLA DE ESPAÑA EN EL MUNDO (V)
La Vuelta al Mundo (3ª Parte)

Carlos Ramón

FUE UNA HAZAÑA ESPAÑOLA

Este año se conmemora el quinto centenario de la Primera Vuelta al mundo.
Hoy parece que Portugal quiere reivindicar esa hazaña como si fuera portuguesa (diario ABC de 19 Enero 2019, pags. 46-47: Portugal se apropia de la primera vuelta al mundo ante la pasividad de España) centrando su conmemoración en el portugués Magallanes.
En eso no pueden engañar a los lectores de La Buena Noticia que ya conocen, por los capítulos anteriores, que la expedición es absolutamente española, bajo el Rey Carlos I, y que su capitán general es el nuevo súbdito (registrado) de la monarquía castellana, Fernando de Magallanes, a quien su anterior Rey, el de Portugal, dio la espalda rechazando su proyecto, y más tarde, intentando sabotear la expedición española, declarando traidor a Magallanes, cuya familia cayó en desgracia, y enviando dos flotas portuguesas a detenerle. No lo consiguió.
Todo el imperio portugués del momento, con posesiones en Asia y África, tenía orden de detener la expedición española. Ni por esas.
Una vez muerto en combate Magallanes, Elcano consiguió llevar a término la expedición; eso sí, sorteando con grandes dificultades los obstáculos portugueses, no consiguiendo evitar el aprisionamiento de parte de sus hombres. No, Portugal no tiene ningún
derecho a anotarse sobre la 1ª Vuelta al Mundo. Fue una obra de España que debe ser defendida por nuestras autoridades.

GOLPE DE AUTORIDAD

En el capítulo anterior, terminamos con un nuevo motín, cuando "la flota de las Molucas" se encontraba pasando el invierno del hemisferio Sur en puerto San Julián.

De los cinco barcos, dos estában con Magallanes y tres amotinados. Quedaron en reunirse en la San Antonio, una de las amotinadas. Magallanes, astutamente, manda sus emisarios a la Victoria donde sabía que contaba con más apoyo. Mientras el capitán de ésta leía la carta de Magallanes, es apuñalado. La tripulación desconcertada se declaró a favor de Magallanes. Ahora Magallanes tenía superioridad y con sus tres barcos bloqueó la salida de la ensenada del puerto.
Mientras en la Concepción se planteaba romper el cerco y escapar, una acción de "comandos" ordenada por Magallanes durante la noche rompió el cable del ancla de esta nave que se deslizó por la corriente hacia donde Magallanes la esperaba. Fue abordada y reducida. El último barco, la Concepción, con Juan de Cartagena a bordo, se rindió sin más.
Magallanes impartió castigos ejemplares en unos cuantos, ejecutó al capitán de la Concepción y conmutó la pena de muerte a cuarenta subalternos por trabajos forzados. Al apadrinado Cartagena y al capellán de la San Antonio los castigó abandonándolos
en tierra, suplicando estos que no los dejaran. A partir de ese momento, todo el mundo tuvo claro que eran preferibles las penurias del viaje, antes que enfrentarse a Magallanes.

SE HUNDE LA "SANTIAGO"

Siguieron navegando hacia al Sur, parando a reavituallarse en la costa de tanto en tanto. En una misión exploratoria, la carabela Santiago fue golpeada por una tormenta terrible que lanzó la nave contra la costa rocosa. Afortunadamente la tripulación pudo de-sembarcar sobre las rocas y ser rescatados. Vuelven los temores sobre la dificultad de la expedición.

DESERTA EL "SAN ANTONIO".

Magallanes estaba preparado para encontrar un estrecho bien oculto. Así fue, realmente tortuoso, lleno de múltiples y engañosos callejones sin salida.
Envió en cabeza el barco más grande, el San Antonio, para que aguantara las tempestades. Tras el motín, su capitán era Álvaro de Mesquita, portugués de la confianza de Magallanes. El avezado piloto Esteban Gómez, que odiaba a Magallanes entre otras cosas por no nombrarle capitán, lo depone y se hace con la nave que pone rumbo a España, a donde llegaría.
Tras no encontrar la nave tras una intensa búsqueda, Magallanes se imagina lo sucedido, y decide continuar. Pasados treinta y ocho días de navegación en medio de una naturaleza fuertemente revuelta y hostil, llegaron a un cabo donde el mar se abría finalmente. Lo bautizaron como el Cabo "Deseado". Se había cruzado el paso (28-11-1520), más tarde bautizado como "Estrecho de Magallanes" para la posteridad.

EL INTERMINABLE PACÍFICO

La flota de tres barcos navegó hacia el Norte junto a la costa, hasta que encontró vientos favorables para cruzar el océano. Pensaban que las Islas de las Especias estarían muy cercanas. Una vez más, el error sobre el tamaño de la Tierra que se presumía mucho menor les adentró en una interminable travesía de tres meses y veinte días.
Gracias a Dios, no registraron tormentas ni oleajes, por lo que bautizaron a este océano como "Pacífico", y la destreza de Magallanes hizo que utilizaran al máximo los vientos. A pesar de ello, los días pasaban, la sed y el hambre aparecieron, y también una terrible enfermedad, entonces desconocida: el escorbuto. Se hinchaban las encías hasta el extremo impidiendo comer. Diecinueve hombres y dos indios americanos que llevaban murieron. El 6-3-1521 llegaron por fin a la isla de Guam, donde se repusieron, pero antes fueron robados por los nativos.
Las bautizaron como "Las islas de los ladrones".

UN COMBATE INNECESARIO

Magallanes tuvo un gran éxito en la isla de Cebú, pues sus habitantes dijeron convertirse al cristianismo y en súbditos del Rey Carlos. Con ello consiguieron el apoyo de Magallanes contra sus enemigos de la isla de Mactan. Aunque sus lugartenientes le recordaron que no entraba en su misión, que lo evitasen, Magallanes pensó en un paseo militar ante indios desnudos. Estos estuvieron bien preparados, y en el fiero combate Magallanes pereció cubriendo la retirada de sus hombres.
Pigafetta le rindió homenaje en su diario: "…era más constante que cualquier otro frente a la dura adversidad, …entendía mejor que cualquier otro hombre del mundo las cartas marítimas y la navegación, ...ningún otro tuvo su talento…"

Continuará

BIBLIOGRAFÍA:
Laurence Bergreen, Magallanes, Editorial Planeta. Barcelona, 2004.
Daniel J. Boorstin, Los Descubridores, Editorial Crítica, Barcelona. 1987.